jueves, 22 de diciembre de 2011

Cuento de Navidad (por Mister Lorenz)



El gordo Santa reconoce que con las prisas aparcaba en cualquier lado. Encima de la acera, en vados y en doble fila, molestando al resto de conductores. Sin muchas manías, también estacionaba en las plazas para minusválidos. Era la urgencia por cumplir, a lo que últimamente se había añadido una cierta negligencia, principalmente a la hora de programarse. Problemas de la edad, daño de riñones, almorranas, insomnio, etc... Que ya no era como antes, que llegaba a todos los sitios sin muchos problemas, que no había situación que le descentrara ni que le pusiera un mal gesto en la cara. Ni mucho menos una palabrota en la boca.
Pero hasta la fecha nadie se le había quejado de aquella manera. Lo suyo era, como suelen llamarlo ahora, de interés general. Aparcar mal a cambio de llegar a tiempo con los regalos. ¡Qué culpa tenia él de los atascos que se multiplican por esas fechas! ¡¿Había él inventado el coche?! ¿!Y las prisas?! Que no le miraran a él. Como solía decir, él era un mandado y como empleado actuaba.
Otra cosa eran los malos modos. Y él ya tenia una edad.

Acababa de realizar una entrega de lavadoras, secadoras de pelo, vídeo-cónsolas y televisores en un edificio de una calle del norte de la ciudad. Por solitaria y silenciosa, apartada de ruido y prisas, aquella vía pedía un poco de calma y tranquilidad. Un receso. El gordo Santa se fue a un bar, a por un café, una pasta y un cigarrillo, antes de proseguir con su faena. A la vuelta, se encontró la nota siguiente en el parabrisas del trineo...



...y a sus fieles renos mirándole con gesto torcido y algo parecido a un "y tú vas y nos dejas solos" flotando en la retina. Volvió a leer la nota y... fue como si su uniforme rojo prendiera como gasolina. Encima que les hacía el favor de llevarles los regalos, y así se lo pagaban... ¡y, encima, menuda ortografía! La mirada de sus fieles renos temblaba como la nota que sostenía su mano derecha enguantada en rojo. Por el rabillo del ojo divisó al panadero de la esquina: enfundado en un delantal blanco, sonreía en su dirección, ocioso y manos en los bolsillos. "¿Habrá sido él?", razonó como el rayo el gordo Santa. "Dios omnipotente", se le oyó mascullar. Pero Dios estaba demasiado ocupado para atenderle.
Papel, boli y celo. Instalado en el asiento del conductor y con los pies colgando fuera del trineo, redactó la nota que iba a cambiar su destino.
Dice: 

"Señor, deseo con toda mi alma que si algún día tiene un hijo le salga minusválido
o si ya lo tiene, que le tengan que amputar una pierna.
Porque así se daría cuenta de lo hijo de puta bastardo que es usted, muy señor mío
No le guardo rencor, en toda sociedad debe haber escoria como usted, pero aprenda a escribir bien
Attentamente".


Cuando Dios, o quien fuera de sus allegados, tuvo conocimiento del incidente, el gordo Santa fue llamado a capítulo. Volaba de Jonkoping a Huskvarna cuando recibió el aviso. Que se presentara de inmediato en las oficinas.
Argumentó el gordo Santa ante aquellos trajes corbata brillantina del cielo que la ofensa necesitaba de replica "para que no se me suban a la chepa". Escuchadas las excusas (tensión y achaques, principalmente) y valoradas las posibilidades, se recomendó (encarecidamente) sustituir al gordo Santa. Mal iba el negocio de la fe y las adhesiones como para permitir que un chiflado cascarrabias lo acabara de hundir. Inmediatamente, se convocó un concurso.
Aprovechando la coyuntura, también se decidió dar puerta a los renos. El jefe de compras tenía controladas unas impalas africanas que irían perfectas para el asunto del trineo. "¿Y qué pasa con el frío?", le preguntaron por la cuestión del frío y la nieve. "¿Desde cuándo enferman los animales?", fue la respuesta.


Pues eso.
Feliz Navidad.

3 comentarios:

Francesc Bon dijo...

Tuli, no sé qui cony es aquest Mister Lorenz, tot aixó canta a pseudònim, o alter ego, o lliures col-laboradors, o potser algún "negro", je je.
En tot cas, fabulòs, amb aquesta espècie de regust de si aquests dos paperets són trobats casualment i has buscat una micro-història per trenar-los, o has fet trampes (tot s`hi val) i t'ha sortit la cosa rodona.
Bon nadal, igualment, per cert. A seguir fotent-li, qui sap si algún dia hi recollirem aquí quelcom més que vitamines pel ego.

Tuli Márquez dijo...

Mercès pel comentari.

Doncs, certament, són dos notetes que vaig trobar enganxats a la paret d'un carrer. Dos conductors simpàtics...

endavant amb l'esperit nadalenc...

Tobal dijo...

Jo lo del segon paper l'hi ho dedicaria a eixe que anomenen El Nostre Senyor Jesucrist, que si tan bo que diuen que es, per que permet que naïxquen xiquets amb mal formacions?

Bon any d'un ateo ;-)